Nadie es profeta en su tierra.

Esperanza Fernández-Turégano Pérez - Vigo

No deja de sorprenderme diariamente la cantidad de noticias que hay relacionadas con descubrimientos científicos que se publican en los medios. Pero lo que más choca es que el 98% de los mismos son extranjeros, principalmente de Estados Unidos. También encontramos en prensa hace unos meses que "el Ministerio de Ciencia e Innovación dejó sin gastar el 22,4% de su presupuesto en 2009, lo que significa 1.582 millones de euros". Tal parece que no tenemos científicos en España o que aquí la investigación no es necesaria, pero nada más lejos de la realidad. En este país sí existen grandes y valientes investigadores que a pesar de tener, inexplicablemente, todo en su contra, siguen adelante trabajando durante años, día y noche, de lunes a domingo, en aquello en lo que creen. Este es el caso del Dr. Jesús Devesa Múgica, catedrático de la Universidad de Santiago. Sí es cierto que en los últimos tiempos han aparecido noticias acerca de la fundación Foltra que él dirige, pero a mi modo de ver no han sido la mayoría de ellas valoraciones científicas sino publicaciones sensacionalistas que tildan de milagros lo que son ya hechos científicos demostrados, publicados algunos, y en espera de publicación otros, en revistas científicas de prestigio internacional. ¿Por qué le damos tan poca importancia a algo tan relevante como es la recuperación del daño neurológico adquirido?, ¿por qué no se está apoyando a nivel estatal ni autonómico?... No puedo entenderlo. No me entra en la cabeza que algo que mejoraría la vida de tantas personas no esté siendo considerado como se merece y no sólo eso, lo que más me pasma es que no sólo no se está apoyando a un gran científico vigués, sino que por el contrario se le está atacando e intentando obstacularizar su trabajo de todas las maneras. ¿Por qué?... las únicas explicaciones que encuentro son por envidia, porque no interesa la recuperación de los niños con parálisis cerebral o de lesionados medulares, por ignorancia y porque, como ha pasado siempre y esperemos no vuelva a pasar, nadie es profeta en su tierra.