martes, 27 de julio de 2010

¿British Petroleum o basta petroleo?

Publicado en suplemento ecónomico Euro.Atlántico Diario y La Región.

El pasado 20 de abril de este mismo año, será recordado como uno de los días más horrorosos para el medio ambiente y nuestro planeta . La explosión y el hundimiento de la plataforma DeepWater Horizon, que British Petroleum tenía instalada en aguas del Golfo de México, a tan sólo 84 Km. de la costa estadounidense, ha provocado un continuo e incesante vertido de crudo. Por el momento son ya 160, los kilómetros de la costa de Luisiana en donde saben lo que es el chapapote. El vertido amenaza ahora con llegar a Tejas, Alabama, Florida y a la desembocadura del río Mississippi. A día de hoy , a un vertiginoso ritmo de 5.000 barriles diarios (alrededor de 800.000 litros), la plataforma sigue expulsando crudo al mar.

Las continuas presiones de los diferentes “skate holders” (grupos de interés) de la compañía, se han traducido en espectaculares intentos para paliar los efectos del vertido. Pero a pesar de los esfuerzos, por el momento, nada se ha avanzado. Hemos observado como tanto el gobierno americano, como los propios accionistas de la compañía (que cotiza en el parqué londinense) han animado a los departamentos de I+D+i de la compañía, a que logren encontrar un método que impida que la catástrofe llegue a infames dimensiones.

Desde del fatídico día; la capitalización de la empresa en bolsa, se ha visto reducida en más de un 50%. El valor del total de sus acciones en estos momentos, supera escasamente los 60 mil millones de libras, mientras que hace poco más de un mes y medio, el mismo superaba los 115 mil. Un retroceso que lógicamente ha encendido todas las luces de alarma. A la preocupación de sus accionistas se ha unido recientemente la de James Cameron, que ve con riesgo como se tambalea una de las empresas que emplea a un mayor número de personas en su país.

El desastre es ya considerado, el mayor de la historia del país norteamericano. Ha desbancado en este deshonor al petrolero Exxon Valdez, que el 24 de marzo de 1989 y en medio de una tempestad, chocó con un arrecife en Alaska, derramando toda la carga que transportaba hasta la ciudad de Los Ángeles. Parece que ni los fondos soberanos saudíes salvarán esta vez a la compañía del recorte en su cotización. Veremos como digieren los mercados, el anuncio de la reducción del 50% en el pago de dividendos a sus accionistas para los próximos años. Esto supondrá para BP alrededor de unos 5.000 millones de $ que serán destinados a hacer frente, a la costosísima factura que el gobierno americano pasará a la compañía. En la economía del siglo XXI: “quien contamina, paga”. Y la paga me atrevería a decir.

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